El 2do.
mandato de Cristina transparenta, por adelantado, las ausencias y errores de
gestión del 1ero., sincerando una situación económica ciertamente preocupante.
Lo único que permanece igual en el tomo II respecto del I, que llega a su fin,
son las mentiras en aspectos esenciales sobre las cuales el gobierno luce una
habilidad sin igual y casi intacta a lo largo de 9 años, en síntesis la saga de
Cristina K bien podría llamarse “Estamos en el horno”.
26/11/2011
por JORGE
HÉCTOR SANTOS
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Mucho se escucha por estos tiempos que la llamada fiesta que ha vivido Argentina, con el famoso viento de cola soplando a pleno, ha llegado a su fin.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Mucho se escucha por estos tiempos que la llamada fiesta que ha vivido Argentina, con el famoso viento de cola soplando a pleno, ha llegado a su fin.
Enormes y
desmesurados servicios esenciales quedaron relegados en actualizaciones de
precios, vía subsidios, y este torrente de gastos que no llegaba al bolsillo de
los usuarios se metió, durante casi 9 años, debajo de la amplia alfombra de la
cual algún día iban a salir y llegó el momento. Se acabaron los fondos que
habitaban diferentes cajas.
Muchas
mentiras ocultaron preocupantes problemas, como la inflación, el déficit fiscal
y el abultado gasto público, el atraso cambiario, el déficit comercial, entre
otros.
Hace
contados días los medios de comunicación mostraban su asombro porque, por 1era.
vez, un Kirchner, Cristina Fernández, mencionó la palabra prohibida por
los inquilinos de la Casa Rosada tras 9 años de contrato de alquiler:
“inflación”. Resultó insólitamente casi una temeraria actitud gubernamental
para rozar, sin reconocer, un grave flagelo que trepó a niveles de 25%, en
2011, y puede llegar el año próximo a 30%, sin que el gobierno atienda la
cuestión, sobre la cual operó para engañar alevosamente.
De todos modos, Cristina mencionó la palabra y agregó que no le importaba, que no era su prioridad. Esto supone que Ella ya está dolarizada.
Cristina
está llegando al final del Tomo I, “La gran mentira”, compuesto por 4
años de mandato, donde después de una caída abrupta en la consideración
popular, su condición de viuda -machacada a mansalva en sus discursos, lágrimas
y vestimenta- la hizo llegar -con una buena mano dada por la oposición- a
escalar el 54% de adhesión popular.
Como si el
Tomo I hubiese sido escrito para llegar a poner en venta uno nuevo que le
permitiera extender su gobierno 4 años más, todo el blindaje que supuestamente
tenía la argentina del crecimiento espectacular, de reservas inimaginables, del
consumo motor del crecimiento y de múltiples realizaciones -muchas de ellas
inexistentes- en un país de buena gente, se cayó como castillo de naipes
incluso antes que salga a la calle la saga, el Tomo II, “Estamos en el
horno”.
Nadie quiere
anoticiarse, hasta que la realidad lo haga, que se vivió una ficción que se
termina a pesar de haber atravesado años de una bonanza producto de condiciones
internacionales únicas que si se hubiesen gobernado con propiedad, no sería
necesario tener que afrontar una nueva fuerte tormenta con descargas eléctricas
de tarifazos y ajustes como los que se precipitan inexorablemente y sin
recursos viables para aminorarla.
Las
realidades alteradas por la incomparable acción publicitaria del gobierno
estuvo cargada de fuertes alteraciones del verdadero estado de la economía y la
verdad no aguantó en salir a la luz ni siquiera hasta el día de la asunción del
2do. mandato.
Cristina
sigue esgrimiendo argumentos amortizados aceleradamente, en medio de un control
de cambios y de un ajuste de inmensas proporciones, como por ejemplo cuando
sostuvo ante los industriales argentinos: "Creemos en el crecimiento,
el trabajo y la inclusión”.
¿De qué
crecimiento habla la Presidente? ¿Del que gozaron todos los países de la región
merced a condiciones exteriores propicias?
¿De qué
trabajo habla la presidente? ¿Del altísimo nivel de empleo en negro y de las
generaciones de argentinos que gracias a los subsidios sin contraprestación,
nunca querrán trabajar y siempre reclamarán pago a la holgazanería?
¿De qué
inclusión habla Cristina? ¿De la que desmiente el informe de la Pastoral Social de la Iglesia
Católica, Cáritas, basado en estudios realizados por el Observatorio Social de
la Universidad Católica Argentina en el Conurbano de Buenos Aires, que reúne al
32% de la población del país, considera que sólo un ingreso mensual de
$2.150 puede evitar que una familia caiga en la miseria, mientras las
mentiras del Indec, manejadas por Guillermo Moreno, avaladas por la
viuda de Kirchner, esconde al 50% de los pobres del casi 35% real?
Como si ese
dato resultase poco en el GBA, el 10,8% (1.300.000 personas) vive en villas de
emergencia. Casi la mitad de sus habitantes (6.000.000) no tiene cloacas. Estos
son datos de 2011, transcurridos 9 años del período de mayor crecimiento de la
economía argentina y casi igual tiempo que tiene la implantación del hecho
polvo ‘modelo de acumulación con matriz diversificada e inclusión social’.
El
guitarrero vicepresidente electo, recurrió a culpar a los medios para esgrimir
una nueva falsedad acuñando una frase que quedará para la historia de las
tantas que le han tomado el pelo al pueblo, al señalar: "No habrá
aumento de tarifas, sino redireccionamiento de subsidios" .
El Cristinazo era un Tarifazo
Los hechos
por su nombre. Los argentinos deberán soportar, unos antes, luego todos:
Un aumento
de tarifas de hasta el 300% por la quita de subsidios con los cuales el
gobierno conquistó poder, ganó elecciones y postergó el final de fiesta.
El ajuste
fiscal se traducirá en aumentos del gas, de la luz, del agua y casi seguro del
precio del boleto del transporte de pasajeros.
Un ajuste de
precio de la luz y el gas junto a la rebaja de subsidios; aunque para la
mayoría de los usuarios este incremento adicional quedará transitoriamente
postergado por la aplicación de más subsidios, que algún día, como sucede
ahora, desaparecerán.
Todos estos
egresos adicionales del bolsillo del 70% de los habitantes de Capital y GBA le
agregarán 4,5 puntos a la inflación, con lo cual de no mediar algo que lo
imposibilite el 25% de 2011 se convertirá en 30% en el año que se avecina.
Si la
eliminación de los subsidios a la luz, al agua y al gas se le adicionase la
quita de subsidios al transporte, considerando el 70% de las familias, la
incidencia directa al índice de precios al consumidor rondaría los 11,5 a los
13 puntos porcentuales.
A los
aumentos hasta aquí dispuestos, habrá que sumarles la anulación de los
subsidios sobre los costos de las empresas que tratarán de trasladar esos
mayores incrementos a los precios a los consumidores, tanto en bienes como
servicios.
Todos estos
elementos recaerán con fuerza en las negociaciones paritarias de 2012, en las
cuales se ve como un imposible el tope del 18% que el gobierno propuso a las
demandas sindicales.
El malhumor ciudadano que viene
El malhumor ciudadano que viene
Pero la
escalada de subas es incesante:
Desde el
29/11, los taxis en la capital federal incrementarán sus tarifas 26%.
Los aumentos
de alimentos, bebidas, artículos de limpieza e higiene personal siguen su
marcha ascendente sin pausa.
La clase
media también se verá golpeada por el aumento promedio del 8% de los operadores
de TV paga Cablevisión, DirecTV y Telecentro.
Otro aumento
en la educación privada el cual será hasta un 5% en marzo próximo. Al que habrá que adicionarle el
que salga de las negociaciones paritarias en los salarios de los docentes para
2012 y que ya está siendo cobrado por muchos colegios en la matrícula.
No podía
faltar el incremento de las cuotas de la medicina prepaga. En diciembre 2011 habrá una suba
del 9,5% y ya se anunció un 5,5% en febrero próximo.
El aumento
del ABL en la capital del país llega hasta el 300% e incidirá fuertemente en el costo
que pagan los inquilinos ya que ese gasto lo tienen incorporado al contrato de
alquiler en casi el 100% de los casos.
Daniel
Scioli no se quedó atrás y ya se aprobaron incrementos fuertes en patentes,
ingresos brutos e inmobiliarios y rurales bonaerenses.
En
conclusión:
El ‘Tomo I’,
“La gran mentira”, llega a su fin, con
> las cuentas fiscales que financiaba el Banco Central y la ANSeS, ahora agotadas;
> un déficit energético insólito para un país que en los años '90, que no fueron tan malditos, llegó a autobastecerse, debiendo tener ahora que importar lo que antes se exportaba;
> una inflación que no solo hace estragos en los que menos tienen sino que también se comió la competitividad del tipo de cambio.
Con control de cambios, una dolarización sin freno, una fuga incesante de capitales y un retiro de depósitos en dólares que desde 31/10 al 18/11 alcanzó al 16% de los fondos bancarios (US$ 2.362 millones), con reservas mermadas y sin stock de libre disponibilidad; el panorama para 2012 es sombrío, preocupante.
> las cuentas fiscales que financiaba el Banco Central y la ANSeS, ahora agotadas;
> un déficit energético insólito para un país que en los años '90, que no fueron tan malditos, llegó a autobastecerse, debiendo tener ahora que importar lo que antes se exportaba;
> una inflación que no solo hace estragos en los que menos tienen sino que también se comió la competitividad del tipo de cambio.
Con control de cambios, una dolarización sin freno, una fuga incesante de capitales y un retiro de depósitos en dólares que desde 31/10 al 18/11 alcanzó al 16% de los fondos bancarios (US$ 2.362 millones), con reservas mermadas y sin stock de libre disponibilidad; el panorama para 2012 es sombrío, preocupante.
En nada de
todo esto que saltó, para sorpresa de muchos y con el conocimiento de que iba a
ocurrir de otros, tiene culpa la situación de la crisis internacional.
Recién ahora
se presentan sucesos externos que podría complicar aún más la delicada
situación interna, como es la desaceleración de la economía brasileña, la
devaluación del real y contracción del crecimiento chino por la crisis que
sufren USA y Europa. A lo cual hay que sumarle la caída del precio de la soja a
su nivel más bajo desde octubre 2010.
Los tiempos
de la abundancia han llegado a su término, la escasez es la nueva protagonista
y esta es impiadosa.
El aumento
del gasto, las remuneraciones y el consumo serían la receta para estos nuevos
tiempos; pero estos fueron utilizados inapropiadamente y en extenso cuando
sobraban los recursos. Ahora hay que asumir las consecuencias y el costo
político que esto conlleva.
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