Desencantada
de la realidad pero procurando negarla y ocultarla, Cristina Fernández se enoja
con aquellos medios de comunicación con los que discrepa. Así vuelve a agitar
la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual como remedio a todos sus
problemas... y, paradójicamente, regresa, a su pesar, al escenario de 2009, el
de sus peores días.
por JORGE
HÉCTOR SANTOS 27/07/2012
Twitter: @santosjorgeh
Youtube: youtube.com/user/jorgehectorsantos
Web: santosjorgeh.blogspot.com.ar
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CIUDAD DE
BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Habían pasado largas jornadas
con durísimas horas de la tragedia en Plaza Once, con sus muertos y heridos,
para que hiciera su reaparición pública Cristina Fernández de Kirchner, en
Rosario, Santa Fe, el 27/02/2012.
Cuando se
encontraba en el uso de la palabra la alcalde de Rosario, la socialista Mónica
Fein, en ocasión de celebrarse el bicentenario del 1er. izamiento de la bandera
nacional, una cámara de la televisión no oficial mostró a Cristina diciendo más
de una vez a la multitud allí reunida: “Vamos por todo”.
No era nuevo
ese grito solapado del estado permanente de guerra que vivieron Cristina y
Néstor, y continúa ella, juntos y separados -por las leyes de la vida-, contra
todos aquellos que discrepan con sus ideas. En la práctica, el mejor ejemplo es
el balance de la gestión que la pareja llevó a cabo en la provincia de Santa
Cruz y en los largos 9 años que llevan al frente del Ejecutivo nacional.
Cristina, y
Néstor en vida, han considerado lo público como propio. Ellos manejan desde el
dinero público, con que arrodillan a los funcionarios más diversos, empresarios
y hasta una porción del propio pueblo; hasta ambicionan el manejo discrecional
de la realidad a fuerza de un relato tergiversado.
Sin partidos
políticos unidos y/o fuertes,
Con
altísimos niveles de corrupción,
Avasallando
los otros poderes del Estado,
Con evidente
impunidad,
Con el
viento a favor de los precios más altos en la historia de los commodities
sumadas a las exportaciones automotrices a Brasil;
Con voraz
apetito fiscal,
Con la
implementación de subsidios de todo tipo que permiten manipular el voto
popular,
Con
movimientos sociales promovidos y mantenidos desde del poder;
Con una
publicidad oficial, muchas veces mentirosa, que linda con lo obsceno,
Con el uso casi
diario de los medios de comunicación para difundir la palabra presidencial,
Con un
promovido -desde la Rosada- enfrentamiento social pocas veces visto,
Aniquilando
el orden público que permite reglas elementales de convivencia,
Con un
manejo arbitrario de las partidas presupuestarias obstaculizando el control de
las mismas;
Subsidiando
desde tarifas públicas hasta a los clubes de fútbol...
El gobierno
de Cristina y Néstor iba, necesariamente, a pretender, al igual que destruyó
las Fuerzas Armadas y distorsionó a las de seguridad, reducir a su mínima
expresión a los medios de comunicación y periodistas críticos, tal como lo
hicieron los Castro Ruiz en Cuba y Hugo Chávez en Venezuela, y lo intenta Rafael
Correa en Ecuador.
No es
extraño que, en forma sistemática y sostenido con fondos públicos, se haya
organizado un monopolio estatal de la información, integrado por los medios del
Estado + los medios de los amigos del poder + los medios de los que fueron
sometidos, todo con el dinero de la pauta publicitaria gubernamental.
Tampoco es
extraño que una Administración que hace de la mentira su herramienta más
importante, disfrazara su Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual de una
verborragia rimbombante, adjetivando de mil formas posibles su anhelo de
"democratizar la información", cuando el único objetivo real que
persigue es acallar el periodismo independiente.
¿Y la
democracia?
Bien lo
señaló un editorial del diario La Nación, del 25/07: "la libertad de
expresión no es una concesión generosa de los gobernantes, sino un precepto
constitucional".
Constitución
y leyes que el gobierno de Cristina Fernández violenta sistemáticamente, al
igual que desconoce fallos de la Corte Suprema de Justicia.
Al ir por la
conculcación de la libertad de expresarse y de informarse, la Presidente -y en
el pasado también su marido fallecido- no ha ahorrado ataques de los más
variados, y muchas veces alejados de la verdad, a los medios de mayor inserción
en la sociedad, que los privilegia a la hora de ejercer su elección de
lectura/audición/visión.
A esta
altura se desconoce si la Presidente no puede tomar contacto con la preocupante
realidad nacional o no quiere hacerlo y vivir en su mundo. Un mundo inexistente,
soberbio y autorreferencial expuesto ante un séquito de aplaudidores que se han
fanatizado con el irrealismo, temen convertirse en posible amigos pasados a la
verdad de enfrente; o bien quieren seguir beneficiados, como hasta ahora, por
las prebendas y los incrementos de sus patrimonios personales.
Cristina, en
su ir “por todo”, va por todo ¿qué duda cabe? Ella decide desde la
moneda en que el pueblo debe ahorrar -y no le importa que esa moneda pierda
valor a diario- hasta que puede decirse o no en los medios de comunicación.
Sus
ministros son tan lacayos que llegan al absurdo de convertir la toma de un
colegio en un acto de evolución democrática de los alumnos.
Pero el foco
de atención de Cristina está ahora puesto, junto con otros diversos objetivos del
“vamos por todo” en no permitir acceder a la periodismo verdadero, el
independiente, al que critica la parte de gestión que sea criticable de su
gestión y a la libertad de expresión de iluminar la crisis que se vive por
errores enormes en la instrumentación de parches en la economía a falta de una
política.
También
molesta la Presidente y a su entorno los casos de sospechas de corrupción que
los mancha y los expone públicamente.
Los
monólogos casi a diario de Ella le sirven para denostar a los medios,
meticulosamente, aún cuando resulte otro el propósito teórico de la cadena
nacional convocada.
La rendición
de cuentas de los negocios públicos es parte del relato, y no de una verdad que
pueda ser contrastada con preguntas y repreguntas por parte de la prensa, tal
como sucede en cualquier lugar del mundo donde funciona la democracia
representativa.
Hay temas
esenciales para el interés de la sociedad directamente prohibidos en el
vocabulario presidencial. Entre ellos se puede enumerar la inseguridad, la inflación
y los casos que envuelven de supuesta corrupción hasta a su cercano
vicepresidente.
El relato
concuerda con la voluntad del Ejecutivo Nacional de vender una Argentina
inexistente, y para eso fue creada la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual;
para que nadie se aparte de ese relato.
Esta misma
semana, en el acto presentación del nuevo billete en homenaje a María Eva
Duarte de Perón, Cristina insistió: "El grupo Clarín es el jefe de la
cadena del miedo y el desánimo". Esa cadena se encuentra integrada,
también, por La Nación y Perfil.
La 'cadena
del desánimo' encontró su fundamento no solo en la información de la
compleja situación económica-financiera que atraviesa el país sino también en
aquellas palabras que la Presidente esgrimió frente a periodistas, en un paso
fugaz por la sala de acreditados ante la Casa Rosada: "Para información
están mis discursos. Yo no voy a hablar contra mí misma". Una demostración
evidente de que ella dice ser el Estado.
A Cristina
le gusta la adulación y aborrece la crítica. Le encanta mostrarse preocupada
por los estratos sociales bajos y manifiestan que siempre se ubica del lado de
los más débiles.
Mientras,
30% de la población está sumergida en la pobreza y 30% es la inflación anual
que castiga en especial a los más débiles, y todo después de años de crecimiento a 'tasas
chinas' en los que un grupo pequeño y selecto acaparó una fortuna en
constante crecimiento, ampliando así la división socioeconómica entre
argentinos.
En nombre de
una supuesta militancia, de una revolución improbable y sintiéndose la heredera
de Evita y Néstor Kirchner ‘va por todo el poder para ella’, de acuerdo a la
interpretación más veraz del “vamos por todo”.
Dinero
malgastado
En este
contexto, hoy 27/05, se insertan 2 hechos que descubren aún más este propósito,
para aquellos más desconfiados.
El primero
de ellos muestra que, según datos oficiales, Aerolíneas Argentinas ya gastó
el 99% de los $ 2.164 millones que tenía como presupuesto para este año, los
ferrocarriles deglutieron el 98% de los $ 1.600 millones que le fueran
asignados, el transporte automotor, el 90% de los $ 8.600 millones que le
fueron concedidos para todo 2012.
Prensa y
Difusión de los Actos de Gobierno lleva gastado el 73% de los $ 606 millones
originales y recibirá ayuda presupuestaria.
El aberrante
subsidio al fútbol lleva gastados 78% de $i 700 millones y se incrementó su
presupuesto en $ 205 millones.
Mientras
tanto, áreas esenciales tienen sub ejecución presupuestaria:
El
Ministerio de Salud presenta entre otras subejecuciones la destinada a Salud y
Atención infantil donde solo se ha empleado el 38%
El
Ministerio de Educación tiene un abanico de programas con uso desde solo 16%
hasta un escaso 34% en el vital programa ‘Más Escuelas, Mejor Educación’.
El
Ministerio de Seguridad en Programas de Seguridad solo ha erogado el 11% de la
partida anual.
El
Ministerio de Industria solo gastó 31% de sus partidas.
El
Ministerio de Planificación Federal, en el programa Techo Digno, empleó hasta
ahora 37,8% de su partida.
En resumen,
la preocupación esencial del gobierno como bien lo muestra esta pantalla de su
gestión está enfocada a favorecer su poder concentrando sus esfuerzos en la
propaganda.
El otro
central y altamente preocupante está dado en el firme propósito del gobierno de
Cristina en avanzar sobre el desguace del Grupo Clarín, más allá de lo que
resuelva la justicia.
AFSCA
El 26/7, el
coordinador general de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación
Audiovisual (AFSCA), Fernando Pérez -dirigente de La Cámpora-, titular
de la comisión para la adecuación a la ley de medios, que está cuestionada por
haberse creado sin intervención de la oposición, remitió una “cédula de
notificación” acompañada de una carta informativa a Canal 13 (Artear) y a
otros medios del Grupo.
En la misma
se busca comenzar el proceso de aplicación del artículo 161 (de desinversión),
que cabe recordar está suspendido por la justicia.
Se solicita
en una de las notas que, en 10 días hábiles, se entreguen informes señalando
información detallada sobre accionistas, servicios prestados, grilla de
contenidos, estructura y datos técnicos de las redes o plantas transmisoras,
cantidad de clientes, montos facturados y competidores, entre otros; del grupo
al que pertenecen Canal 13, Radio Mitre, Cablevisión y sus señales
audiovisuales como TN, entre otros datos.
La otra
notificación, firmada por el presidente de AFSCA (Autoridad Federal de
Servicios de Comunicación Audiovisual), Santiago Aragón, quién fuese
diputado kirchnerista, y por el director Ignacio Saavedra, miembro también
de La Cámpora, señala que el objetivo de la información requerida es “determinar
la situación actual”, ya que “no habiendo presentado una propuesta de
adecuación voluntaria”, estaría “en presunta infracción a la normativa
contenida en la Ley”.
Desconoce
así el Ejecutivo nacional la medida judicial vigente hasta el 07/12/2012, fecha
en que la justicia federal debe pronunciarse respecto de la
inconstitucionalidad del artículo 161, que desconoce las licencias vigentes y
obliga a desprenderse de ellas en un año; y de otros como el artículo 45, que
vulnera la sustentabilidad de los medios, condicionan la libertad de expresión
y resultan discriminatorios.
Lo insólito
resulta que la cuestión de fondo, la constitucionalidad o no del artículo 161,
no tiene aún un juez designado.
El nuevo
embate gubernamental contra Grupo Clarín reviste características aún más graves
porque más allá del vencimiento el 7/12 próximo, si la Justicia resolviese que
los 45 y 161 son inconstitucionales, no se podrían aplicarse ya que la Corte
Suprema de Justicia consideró la posibilidad de que se amplíe la cautelar de
mantenerse las dilaciones del Estado, que demoraron casi un año la causa de
fondo. Por lo que el plazo de un año para desinvertir como señala el artículo
161 nunca podría comenzar a contarse antes de diciembre.
Las mismas
notas recibidas por Clarín fueron remitidas a otros medios.
Esto
complica la situación legal ya que existe un fallo de la Corte, que determinó
que para el resto de los medios el plazo de un año previsto en el artículo 161
ha vencido en fecha 28/12/2011.
Entre los
medios que se encuentran incluidos en este plazo ya vencido para desinvertir se
hallan, entre otros, Uno Medios, del ex ministro justicialista José Luis
Manzano y el empresario Daniel Vila; el grupo Indalo-C5N, del empresario del
juego Cristóbal López; y el conjunto de emisoras que tienen en propiedad (y en
disputa judicial) Raúl Moneta y Matías Garfunkel.
El proceso
de adecuación tiene 3 pasos:
> la
presentación voluntaria,
> la
constatación de oficio, y
> la
transferencia compulsiva de las licencias (es decir, la venta de empresas).
AFSCA inició
de esta forma el proceso de constatación de oficio al no haber presentado una propuesta
de adecuación voluntaria.
El “vamos
por todo” está más vivo que nunca, en medio de una operación
orquestada para evitar que el relato enfrente a la realidad a través de
medios que no se arrodillen ante el poder discrecional de Cristina.
La sociedad
mientras tanto asiste a la verdad, todo lo que el relato no describe, está
golpeando las puertas de la mayoría, en sus formas más variadas, desde el
dinero que no alcanza y lo erosiona la inflación y la vida que puede llegar a
perderse aún enrejando la propia casa.
Las
libertades amparadas por la Constitución acechan…una de ellas la de saber lo
que pasa está en vías de desaparición parcial o total.
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