El “impuesto
a la vida” ya se tributó en el país. Esta indigna carga solo sigue en vigencia
en algunos feudos provinciales; pero ahora el gobierno está decidido a
extenderlo a todo el territorio nacional. También se paga en algunos otros
países. Es apropiado saber qué grava y cómo se abona.
Uno de los momentos más incómodos que puede tener que
sortear un viajero argentino es tener que responder las preguntas “malditas”
formuladas por ciudadanos de otros países como ser: “¿Por qué la Argentina está
así; teniendo todo? ¿Cómo un país como ese se está convirtiéndose en otra
Venezuela?”. Ese es el instante en que uno quisiera ausentarse para salir de la
fila de embarque o tener el pasaporte de otro país.
por JORGE HÉCTOR SANTOS 08/09/2012
Twitter: @santosjorgeh
Youtube: youtube.com/user/jorgehectorsantos
Web: santosjorgeh.blogspot.com.ar
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CIUDAD DE
BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Uno de los momentos más
incómodos que puede tener que sortear un viajero argentino es tener que
responder las preguntas “malditas” formuladas por ciudadanos de otros
países como ser: “¿Por qué la Argentina está así; teniendo todo? ¿Cómo un
país como ese se está convirtiéndose en otra Venezuela?”.
Ese es el
instante en que uno se queda sin palabras. Quisiera ausentarse para salir de la
fila de embarque o tener el pasaporte de otro país.
¿De qué
disfrazarse para contestar interrogantes sensatos, con sensatez; sin caer en
explicaciones para salir del paso?
¿Cómo zafar
de la peor de las comparaciones posibles…? “Argentina es como la Venezuela
de Hugo Chávez donde un fundamentalista se apoderó del poder para eternizarse
en él y someter a todo ese país a su totalitarismo, a su dictadura; donde las
libertades de los habitantes han sido confiscadas”.
¿Cómo se
puede superar la inquisitoria de un interlocutor informado que expresa: “Cómo
puede una Presidente supuestamente democrática decir: "Solo hay que
tenerle temor a Dios y a mí, en todo caso, un poquito"?
Ese es el
instante que el argentino turista o de negocios (acompañado por la Afip) desea
que el asiento que le fue asignado quede muy lejos de ese circunstancial
compañero de viaje.
Aunque su
deseo se cumpla, los difíciles cuestionamientos recibidos quedan picando, y lo
que no deviene fácil en responder a otro es porque resulta complejo
explicárselo a uno mismo.
Más allá de
esta escena figurada pero ciertamente sobrellevada por unos cuantos, vale
reflexionar si es casual lo que se vive, lo que aflige a gran parte del
pueblo argentino; o es causal.
Era
impredecible e imprevisible imaginar el “vamos por todo”, cuando tanto
Néstor como Cristina fueron de menor a mayor apoderándose de muchas cosas sin
respetar la Constitución Nacional, leyes y otros poderes de la República.
Con una mano
en el corazón y con los antecedentes existentes de ambos, la conclusión es NO.
Señores
feudales de una provincia como Santa Cruz iban a pasar a ser demócratas
asumiendo el gobierno nacional, NO.
Un
matrimonio que a lo largo de años han sometido al pueblo de un territorio
austral a un poder absolutista, donde el que piensa diferente es enemigo; va
-por arte de magia- a cambiar. Obviamente, NO.
Cómo se dice
habitualmente con el diario del lunes es fácil pronosticar lo acaecido el
domingo; pero esta no es la cuestión; el curriculum vitae de ambos, como
cultores del mando, hablaba por sí solo.
El pueblo,
en general, podía desconocer todo esto; pero los políticos, los empresarios,
los integrantes del Poder Judicial, los sindicalistas y tantos otros actores
sociales con acceso a buena información no tienen derecho a considerarse
sorprendidos.
No les
asiste motivo alguno que los habilite a disculparse de no saber que el famoso
“modelo” no iba a ser era otra cosa que una acumulación de poder;
hecho en base a:
> Enorme
cantidad de gente viviendo a costa del Estado (clientelismo o voto cautivo
dádiva);
>
Reelección permanente;
>
Pensamiento único;
>
Considerar al Estado y sus recursos como propios;
>
Corrupción e impunidad;
>
Fragmentación social;
>
Destrucción del poder concentrado en cualquier actividad;
> Un
Estado gigantesco y limitante de cualquier actividad;
>
Justicia adepta;
>
Legisladores y funcionarios lacayos;
>
Destrucción de la prensa y periodismo independiente;
>
Conculcación de libertades.
Tampoco está
exculpado de no haber resaltado todo este prontuario antidemocrático de los
Kirchner, en tiempo y forma, los medios y buena parte del periodismo
independiente por la desconfianza que todo lo mencionado generaba a futuro.
Aún hoy,
cuando el telón de la realidad se corrió, y la verdad salta a la luz de todo
aquél que quiera verla existe un silencio cómplice de una realidad que
ensombrece el presente y el futuro:
> De gran
parte de los factores de poder;
> De
parte de dueños de medios que se inclinan frente a la habitante de la Rosada
para recibir cuantiosa plata del Estado en forma de pauta publicitaria;
> De
empresarios devenidos en dueños de enorme cantidad de medios comunicación que
sin arriesgar dinero propio, y empleando recursos del erario proveniente
incluso de impuestos pagados por los que menos tienen;
> De
periodistas llamados militantes que dejaron de lado la práctica del periodismo
honorable, muchos de ellos a cambio de dineros que les cambiaron la vida en muy
pocos años.
La presidente
de la Nación ha decretado el más denigrante impuesto que se deba erogar: el
impuesto a la vida, que es la limitación de las libertades.
Frente a
esta carga oprobiosa, los aplaudidores de la primera mandataria (funcionarios,
gremialistas, dirigentes y militantes cristinistas) baten palmas y levantan
sonrisas vergonzantes de la raza humana.
La
oposición, mucha de ella carente de dignidad y con cero cuotas de estadista,
está años luz de las circunstancias que amenazan a la destrozada sociedad
argentina, orgullo de otras épocas.
Los
opositores actúan como comentaristas de lo que Cristina Kirchner dice; y
terminan muchas veces siendo funcionales a sus objetivos en busca de perversos
votos.
Se ha
llegado al extremo ridículo que los actuales más representativos personajes de
la oposición sean Hugo Moyano y Jorge Lanata.
Hacen
escasos días, Cristina Fernández en sus habituales alocuciones manifestó:
"La
Cadena Nacional de una Presidenta es legal, no la uso para explicar mi vida.
Cada vez que la utilizo es para explicar a los argentinos lo que se les quiere
ocultar".
Como casi
siempre lo ilegal es legal para Cristina.
La cadena
nacional no es legal que sea usada como lo hace Chávez en Venezuela y Cristina
en estas tierras.
Por otro
lado, el gobierno que hace nueve años ejerce el poder es el que les disfraza la
realidad a los argentinos, con el vil relato que acomoda todo al cuento oficial
que aspira imponer.
No es
extraño, por lo tanto, que la ley de Medios Audiovisuales se haya convertido en
el principal desvelo de la mujer que “impone miedo en menor proporción que
Dios”.
La Ley de
Medios Audiovisuales es una herramienta esencial para el gobierno central con
el fin que la verdad no llegue a la parte del pueblo que menos posibilidades de
discriminación posee.
La otra
poderosa arma que esgrime el gobierno es la que ya está usando, la destrucción
de la clase media.
La clase
media molesta y mucho.
La clase
media discrimina, piensa, critica. Lee La Nación, Clarín, Perfil, consume
Periodismo para todos y todas, el programa periodístico éxito conducido por
Jorge Lanata; se informa con TN, con Tele noche; navega asiduamente por
Internet, participa de las redes sociales.
Por ende los
integrantes de esta clase tienen dos alternativas, como la que tuvieron en
Venezuela; emigrar o someterse al régimen.
Esto se está
haciendo y se profundiza a diario.
En síntesis
la tempestad del “vamos por
todo” incluye
entre otras variables:
> Más
Estado con el objetivo de tener el voto dádiva o el voto miedo al despido.
>
Existencia de una pequeña clase alta, la que siempre se acomoda con cualquier
gobierno y a la que pertenecen los enriquecidos funcionarios del mismo, y
abundante clase baja.
>
Reducción al mínimo de la clase media.
>
Licuación de los medios y periodistas independientes, con consiguiente ahogo
financiero, producto de falta de pauta publicitaria oficial y de menor cantidad
de empresas auspiciantes sin participación del Estado.
Por otro
lado, para la Cristina eterna es necesario:
>
Profundizar la ya pésima educación pública.
> Voto
adolescente (voto play station).
> Voto
inmigrante con DNI en tres meses (voto gracias Cristina).
>
Adoctrinamiento a cargo de La Cámpora de chicos desde el jardín de infantes.
> País
feudal con caja centralizada en Balcarce 50.
>
Introducción de la política del miedo.
>
Ausencia de combate a la inseguridad que aumenta el miedo.
>
Adoctrinamiento en villas.
>
Adoctrinamiento de presos.
-Utilización
de barrabravas.
-Agigantar
el enfrentamiento y la crispación social.
-Reforma de
la Constitución Nacional para poder reelegir en forma indefinida a Cristina.
Para
reasegurar la impunidad ante hechos de corrupción es imprescindible:
>Sumisión
aún mayor que la actual justicia.
>
Organismos de Control del Estado en manos de La Cámpora.
>
Desaparición y denostación del periodismo independiente que viene supliendo en
la investigación de tantos hechos de corrupción a la casi inexistente justicia.
>
Transcurso del tiempo, con Cristina en el poder, para que prescriban plazos
judiciales de denuncias de cohecho.
Solo la
imprevisibilidad de los designios de Dios y la reacción de una sociedad cada
vez más enojada pueden evitar que el altísimo y denigrante impuesto a la vida
entre totalmente en vigencia a nivel nacional.
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