Trabajé
durante 14 años de mi vida para Clarín. Clarín es un multimedio enorme que
Kirchner, ahora, cuando menos poder tiene quiere destruir de apuro antes que el
Congreso no le responda. Frente a esta circunstancia y habiendo compartido
muchos años de mi vida con Héctor Magnetto y su poderosa empresa me nace una
pregunta que quiero tratar de contestar en esta nota ¿De qué lado me pongo?
¿Respaldo a Kirchner ó a Clarín?
POR
JORGE HÉCTOR SANTOS | 28/08/2009
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Web:
santosjorgeh.blogspot.com.ar
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Desde 1986 hasta 2000 fui empleado jerárquico del principal multimedio del país. Me desempeñé todo ese tiempo como gerente general de las radios del Grupo que, hoy, Kirchner quiere destruir.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Desde 1986 hasta 2000 fui empleado jerárquico del principal multimedio del país. Me desempeñé todo ese tiempo como gerente general de las radios del Grupo que, hoy, Kirchner quiere destruir.
Clarín me
sirvió pero, yo le serví más a Clarín. Mi talento, el que tengo, lo puse a
disposición del Grupo sin reconocimiento alguno por parte del mismo. La empresa
es muy mezquina. Los éxitos son todos de los dueños, los fracasos de los
funcionarios.
Me eduqué
con valores arcaicos, entre ellos la decencia. Siempre defendí el bolsillo de
la gran empresa sin poner ni un centavo del abundante dinero que en él habita,
en el mío, en el propio. La decencia es una obligación no debe ser premiada.
Sin embargo, muchos indecentes trabajan en Clarín, yo no.
Le brindé
a las radios de Clarín (Mitre, La 100, Top 40-ya desaparecida) los años de
mayor prosperidad económico-financiera y lugares de privilegio en la audiencia
a todas ellas. El premio final fue la desvinculación al igual que hicieron con
la mayoría de quienes habían dejado el alma para que el grupo creciera. La paga
final fue la misma. El Grupo es así.
Me tocó
lidiar con situaciones muy difíciles en circunstancias extremas para el país.
Hiperinflación, levantamientos militares, etc. Estaba al frente de medios de
comunicación de gran penetración, los desafíos fueron enormes.
Conocí a
Magnetto, Aranda y Pagliaro muy de cerca. Los veía o hablaba, con muchos de
ellos, a diario. Son duros, difíciles, exigentes. Saben que manejan un emporio
poderoso y ellos son y se saben poderosos.
Magnetto
es un hombre de una gran inteligencia. Trabajador incansable. Aranda es el más
cordial de los popes pero, también, dueño de una velocidad de reflejos como
pocos. Pagliaro es el más complicado de todos; es impredecible.
Entre los
3 existen códigos que respetan aunque unos no los entienda. A los 3,
internamente, los llaman La Santísima Trinidad.
Magnetto
-contando con un aliado valiosísimo como Aranda- hizo crecer a Clarín de una
forma descomunal a costa de la habilidad propia y del manejo con los diferentes
gobiernos de turno. ¿Qué tiene esto de malo si todos los empresarios
multimillonarios han hecho lo mismo en este país?
Los
gobiernos buscan como aliado a Clarín, como en otros países como el nuestro
buscan de aliado a los medios más poderosos.
Los
empresarios de medios que no pueden hacer lo que hizo Magnetto, lo envidian o
quieren ser como Magneto. Daniel Hadad trata de emular a Magnetto. Otros, menos
ostensiblemente, también, lo hacen. Magnetto es Magnetto. Sus pros y sus
contras son únicos.
Clarín
incide en la vida de los argentinos y ayuda a levantar gobiernos o a bajarlos
pero, esto no es exclusivo de Clarín, esto sucede con todos los medios
poderosos en todo el mundo. El gobierno en cuestión lo debe ayudar tanto para
una cosa como para la otra.
La tapa
de Clarín o la simultaneidad de opiniones de parte o de todos sus medios
inciden y muy fuertemente en la opinión pública.
La
publicidad estatal manejada con libre albedrío como la usan los Kirchner tiene
un poder no menor, sobre todo si se usa para mentir, como mienten los Kirchner.
Kirchner
quiere reducir el poder de Clarín ahora que él está fusilado por su
inoperancia, desprestigio, pérdida de credibilidad y poder.
Clarín
tuvo un romance largo con los Kirchner como los Kirchner lo tuvieron con
Clarín. Hoy, los Kirchner y Clarín están enfrentados. Esta historia no es
propia de estos dos actores. Casi todos los presidentes y gobiernos vivieron
las dos etapas.
¿La Casa
Rosada está en Plaza de Mayo o en la calle Tacuarí? Se preguntaron muchos y
durante muchos años.
Una
persona famosa y amiga del desaparecido Bernardo Neustadt me dijo una vez,
“Bernardo no cambia de opinión las que cambian de opinión son las empresas que
lo apoyan con su publicidad”.
¿De qué
lado me pongo? A favor de Kirchner o de Clarín.
¿Quién es
más peligroso para los argentinos, entre los que me incluyo? Hoy, por hoy,
Néstor Kirchner.
Con
Clarín se puede vivir en democracia, con Kirchner, no.
Clarín
posiblemente merezca ser reconsiderado en su dimensión pero, no lo puede
reconsiderar un gobierno corrupto como este y, un parlamento títere como el
actual.
La ley de
Medios audiovisuales es una ley contra Clarín el resto es pura cháchara para
que los amigos del poder accedan a los medios y se sumen a las mentiras de los
Kirchner.
Los
Kirchner quieren hacer de la Argentina, Santa Cruz; o peor aún, tal vez la
Venezuela de Chávez.
Por eso,
un ex Clarín como yo –no una viuda de Clarín, como alguna vez osó denominarme
erróneamente Jorge Rial- no tiene dudas al respecto.
Hoy, la
inmoralidad del gobierno en todos los ámbitos no solo ha destruido los valores
sociales sino que antes de su final quiere destruir a los medios fuertes para
perpetuarse en el poder, cosa que Kirchner le atrae como a Magnetto pero,
existe una gran diferencia, un cargo es elegido por millones de argentinos y
tiene en contra al menos el 70% de ellos, el otro no es por sufragio. Además,
Magnetto es predecible; Néstor Kirchner NO.
Sé que
más allá de estas consideraciones muy personales hay muchos intereses
económicos en juego pero, eso no es materia de esta nota.
En esta
nota quise poner sobre la mesa lo que más me importa como ser humano: el
futuro de los chicos que hoy no pueden ir a la escuela, tienen hambre y, con
este gobierno no tienen en el futuro ni siquiera la posibilidad de soñar que se
los saque de esta realidad cruel.
El dinero
del Estado es para Kirchner más necesario para destruir a Clarín que para
evitar que el 40% de la población pase las más elementales privaciones.